Vistas de página en total

Amount:
Amount:
Amount:
Amount:

UniSoft-AleBo

miércoles, 18 de noviembre de 2015

5to Poesía Caribeña Andrés Eloy Blanco, Giraluna

Autores caribeños

Andrés Eloy Blanco: A propósito de Giraluna y el mar.



Por: Dra. Norys Alfonzo Centro de Estudios Caribeños Universidad de Oriente




UDO-SUCRE



La imagen del mar para nosotros, que conformamos un equipo de investigación en el Centro de Estudios Caribeños, representa toda una interdiscursividad por la misma presencia de este mar como escenario de migraciones, culturas y contracultura. Poseer como caribeños una identidad cultural, es pensar en el mar como fuente textual para pensar, crear y reinventarnos.



En el libro de Andrés Eloy Blanco, Giraluna y el mar esta imagen del mar navega comenzando por el Mar Caribe, el Atlántico, el Pacífico, el Mediterráneo, el Adriático, el Mar Muerto, el Golfo de México, para terminar con dos poemas reveladores del amor en diferentes circunstancias: “Regreso al mar” y “Mapa de nuestro mar”. Como poeta del oriente venezolano, no es de extrañar que Andrés Eloy dedicara un libro a la imagen del mar. En el poema titulado “Mar Caribe” en forma exclamativa reitera lo bueno que fue nacer en sus riberas y lo bien que sabrá morir en sus orillas. En el poema se deja entrever las reminiscencias de ese gran archipiélago semántico que es el Caribe, de un mar que fue el espacio de los procesos históricos de conquista y colonización llevados a cabo por las potencias imperiales: /qué mar de ayer para inventar banderas/. La referencia lírica a ese “mar de ayer” emparenta el tono poético con el mar textual que surgió como protagonista del pasado como escenario histórico.



Este mar metafórico aparece en estos poemas del libro Giraluna y el mar como elemento geográfico fundamentalmente, sólo en los dos últimos “Mapa de nuestro mar” y “Regreso al mar”, que leeremos a continuación:


Regreso Al Mar

Siempre es el mar donde mejor se quiere,

fue siempre el mar donde mejor te quise;

al amor, como al mar, no hay quien lo alise

ni al mar, como al amor, quien lo modere.



No hay quien como la mar familiarice

ni quien como la ola persevere,

ni el que más diga en lo que vive y muere

nos dice más de lo que el mar nos dice.



Vamos de nuevo al mar; quiero encontrarte

la hora más azul para besarte

y el lugar más allá para quererte,

donde el agua es al par agua y abismo,

en la alta mar, en donde el aire mismo

se da un aire al amor y otro a la muerte.





Mapa de Nuestro Mar

El silencio de ayer quedó entre abierta

la salida hacia el mar que te he guardado,

donde duerme en el golfo no encontrado

la península nunca descubierta.



Un mar al pie de su amargura muerta,

de faro, luna y sol desalumbrado;

agua de fuego en el acantilado,

sumergida pasión junto a tu puerta.



Viaje de ardida nave y playas solas,

singladura de sed que así me pierdes,

racha de ti que así me desarbolas,

mar de los mares que mi casco muerdes…



un mar para tu amor, un mar sin olas,

un mar que hicimos de silencios verdes.


Durante una boda en Valencia, en el año de 1927, conoció Andrés Eloy a una hermosa niña: "en dos trenzas los cabellos", y el deslumbramiento al encontrarla quedó testimoniado en el magnífico poema: "Aparición de Giraluna", en el que expresa al contemplar: "Sus ojos, sus grandes ojos/ del color de las castañas,/ sus trenzas, sus largas trenzas/ del largo de su mirada...", su amor y su deseo de tener menos años, de que ella tuviese algunos más, y le inventó el sobrenombre de sus ilusiones con el que se le conocería para siempre, afirmando por fin: "...Encontré la giraluna,/la novia del girasol...".
 

Giraluna Canta en la Ausencia (1955)

Andrés Eloy Blanco





Con cuatro días sin carta,


de la ventana a la alcoba,


de la alcoba a la ventana


y entre si duerme o no duerme,


Giraluna canta y canta:




Allá va... me dejó sola,

allá va... sola quedé.

Déjame cerrar los ojos,

que ya no hay nada que ver.


Tengo los ojos cerrados,

me pongo a mirar caminos,

me los prendo al corazón,

empiezo a hacer un ovillo;


voy tirando de los hilos,

los voy enrollando en mí,
los voy enrollando en mí,


los caminos en las manos

se me vienen a morir,


y tanto tiro de ellos,

que se robaron mi afán,

que se vienen devolviendo

y me lo hacen regresar.


Yo tengo en el corazón

una madeja de atajos,

para salirle adelante

al que me tiene esperando.


Vuelve, novio, vuelve, amante,

que se me olvidó en la prisa

darte el sueño de mis ojos
para las malas dormidas.




Vuelve, que se me olvidó


que te iba a colgar del cuello

este escapulario rojo

que me rompe el lado izquierdo;


vuelve, que tengo los ojos

cerraditos, de buscar

adonde se fue aquel beso

que me acabas de dejar;


me lo pusiste en la boca,

por verte, se me olvidó,

y anda perdido de angustia

entre boca y corazón.


Vuelve a que me lo sujetes,

regresa a que me lo des;
seré menos en el beso


que en irte dejando en él.


Quédateme un poco más,

márchateme un poco menos,

véteme yendo de modo

que me parezcas viniendo

y no me grites; adiós!

ni digas "hasta la vuelta";

vete marchando de espaldas

para creer que regresas.




No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comente conservando una correcta redacción y ortografía. Gracias

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.