Autores caribeños
Andrés Eloy Blanco: A propósito de Giraluna y el mar.
Por:
Dra. Norys Alfonzo
Centro de Estudios Caribeños
Universidad de Oriente
UDO-SUCRE
La imagen del mar para nosotros, que conformamos un equipo de
investigación en el Centro de Estudios Caribeños, representa toda una
interdiscursividad por la misma presencia de este mar como escenario de
migraciones, culturas y contracultura. Poseer como caribeños una
identidad cultural, es pensar en el mar como fuente textual para pensar,
crear y reinventarnos.
En el libro de Andrés Eloy Blanco, Giraluna y el mar esta imagen del mar navega
comenzando por el Mar Caribe, el Atlántico, el Pacífico, el
Mediterráneo, el Adriático, el Mar Muerto, el Golfo de México, para
terminar con dos poemas reveladores del amor en diferentes
circunstancias: “Regreso al mar” y “Mapa de nuestro mar”. Como poeta del
oriente venezolano, no es de extrañar que Andrés Eloy dedicara un libro
a la imagen del mar. En el poema titulado “Mar Caribe” en forma
exclamativa reitera lo bueno que fue nacer en sus riberas y lo bien que
sabrá morir en sus orillas. En el poema se deja entrever las
reminiscencias de ese gran archipiélago semántico que es el Caribe, de
un mar que fue el espacio de los procesos históricos de conquista y
colonización llevados a cabo por las potencias imperiales: /qué mar de
ayer para inventar banderas/. La referencia lírica a ese “mar de ayer”
emparenta el tono poético con el mar textual que surgió como
protagonista del pasado como escenario histórico.
Este mar metafórico aparece en estos poemas del libro Giraluna y el mar
como elemento geográfico fundamentalmente, sólo en los dos últimos “Mapa
de nuestro mar” y “Regreso al mar”, que leeremos a continuación:
Regreso Al Mar
Siempre es el mar donde mejor se quiere,
fue siempre el mar donde mejor te quise;
al amor, como al mar, no hay quien lo alise
ni al mar, como al amor, quien lo modere.
No hay quien como la mar familiarice
ni quien como la ola persevere,
ni el que más diga en lo que vive y muere
nos dice más de lo que el mar nos dice.
Vamos de nuevo al mar; quiero encontrarte
la hora más azul para besarte
y el lugar más allá para quererte,
donde el agua es al par agua y abismo,
en la alta mar, en donde el aire mismo
se da un aire al amor y otro a la muerte.
Mapa de Nuestro Mar
El silencio de ayer quedó entre abierta
la salida hacia el mar que te he guardado,
donde duerme en el golfo no encontrado
la península nunca descubierta.
Un mar al pie de su amargura muerta,
de faro, luna y sol desalumbrado;
agua de fuego en el acantilado,
sumergida pasión junto a tu puerta.
Viaje de ardida nave y playas solas,
singladura de sed que así me pierdes,
racha de ti que así me desarbolas,
mar de los mares que mi casco muerdes…
un mar para tu amor, un mar sin olas,
un mar que hicimos de silencios verdes.
Durante una boda en Valencia, en el año de 1927, conoció Andrés Eloy a una hermosa niña: "en dos trenzas los cabellos", y el deslumbramiento al encontrarla quedó testimoniado en el magnífico poema: "Aparición de Giraluna", en el que expresa al contemplar: "Sus ojos, sus grandes ojos/ del color de las castañas,/ sus trenzas, sus largas trenzas/ del largo de su mirada...", su amor y su deseo de tener menos años, de que ella tuviese algunos más, y le inventó el sobrenombre de sus ilusiones con el que se le conocería para siempre, afirmando por fin: "...Encontré la giraluna,/la novia del girasol...".
Giraluna Canta en la Ausencia (1955)
Andrés Eloy Blanco
Con cuatro días sin carta,
de la ventana a la alcoba,
de la alcoba a la ventana
y entre si duerme o no duerme,
Giraluna canta y canta:
Allá va... me dejó sola,
allá va... sola quedé.
Déjame cerrar los ojos,
que ya no hay nada que ver.
Tengo los ojos cerrados,
me pongo a mirar caminos,
me los prendo al corazón,
empiezo a hacer un ovillo;
voy tirando de los hilos,
los voy enrollando en mí,
los voy enrollando en mí,
los caminos en las manos
se me vienen a morir,
y tanto tiro de ellos,
que se robaron mi afán,
que se vienen devolviendo
y me lo hacen regresar.
Yo tengo en el corazón
una madeja de atajos,
para salirle adelante
al que me tiene esperando.
Vuelve, novio, vuelve, amante,
que se me olvidó en la prisa
darte el sueño de mis ojos
para las malas dormidas.
Vuelve, que se me olvidó
que te iba a colgar del cuello
este escapulario rojo
que me rompe el lado izquierdo;
vuelve, que tengo los ojos
cerraditos, de buscar
adonde se fue aquel beso
que me acabas de dejar;
me lo pusiste en la boca,
por verte, se me olvidó,
y anda perdido de angustia
entre boca y corazón.
Vuelve a que me lo sujetes,
regresa a que me lo des;
seré menos en el beso
que en irte dejando en él.
Quédateme un poco más,
márchateme un poco menos,
véteme yendo de modo
que me parezcas viniendo
y no me grites; adiós!
ni digas "hasta la vuelta";
vete marchando de espaldas
para creer que regresas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comente conservando una correcta redacción y ortografía. Gracias
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.